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17 abr 2012

Los Guanteletes del Infinito | WH40K

Heráldica capitular
Nombre: Guanteletes del Infinito.
Origen genético: Puños Imperiales.
Año fundacional: 432.M37
Planeta Natal: Queronea.
Fortaleza Monasterio:  El Theutonicorum.
Señor del Capítulo: Thanos.
Nave insignia: Responsio in passus.
Lema: Proculdubio contra Xenonem.



El origen del capítulo de los Guanteletes del Infinito se remonta a los siglos posteriores a la Era de la Apostasía. El planeta conocido en aquel entonces como 102-6, había sido arrasado durante la sublevación del Archihereje Horus, y se encontraba situado en una de las pocas rutas seguras entre el Segmentum Solar y el Segmentum Obscurus, rodeado de planetas fortaleza. Su escasez de recursos, y lo muy fortificada que se encontraba la zona había hecho que no se considerara  prioritaria su recolonización. Así habían pasado 6000 años desde la Herejía y su población se encontraba al borde de la extinción, degradada hasta un estado casi animal, y sumida en sus supersticiones, cuando algo cambió para siempre en el planeta. 

En lo más profundo de las junglas tropicales, totalmente cubierta por la voraz vegetación, existía una enorme estructura, más antigua que la memoria de la raza humana, y fabricada en un material similar al hueso, que nunca había sido contemplada por unos ojos mortales. Sin embargo, su existencia se hizo patente para todos los pobladores del planeta casi al unísono, cuando, con un destello que iluminó el cielo nocturno, el arco que formaba la estructura comenzó a refulgir cargado de energía, y una enorme columna de luz se elevó hasta lo más alto de la atmósfera. Este impresionante espectáculo duro tres días y tres noches, mientras el fuego se extendía por la vegetación circundante dejando la extraña estructura al descubierto. Cuando por fin el destello se redujo, los habitantes del planeta pudieron ver como de entre los pilares de hueso brillaba una superficie, formada por energía pura y similar a la plata fundida, que ondeaba recorrida por fuerzas desconocidas. Pronto se dieron cuenta de que ya no estaban solos.

Como si emergieran del agua tras haber sido sumergidos unas figuras comenzaron a surgir de la superficie plateada. Más altos que los hombres de 102-6, los estilizados cascos adornados con penachos que portaban, les hacían parecer extrañamente alargados en sus formas. Tras ellos, unas máquinas de diseño no menos extraño, que no precisaban del contacto con el suelo para desplazarse, aparecieron en formación de combate. El número de estos seres fue aumentando hasta que más de un millar se dispusieron en las planicies desérticas en las que se había convertido el trópico del planeta, en perfecto orden y sin decir una palabra. En ese momento, un nuevo ser, mucho mayor que los demás, y rebosante de poder, magnífico en su grandeza, surgió de la estructura y pareció mirar orgulloso el ejército reunido. Se trataba de los Eldars como más tarde se llegaría a saber. Y su tremendo orgullo solo pudo regocijarse unos instantes.
Marine Espacial táctico


Como si el desastre hubiese estado esperando el momento más dramático para desatarse, en aquel preciso instante un estallido de proporciones apocalíptica recorrió el planeta cuando la superficie fluida por la que había surgido los xenos estalló sin previo aviso. La deflagración multicolor que tuvo lugar terminó al instante con la vida de muchos de los eldars pero este fue el menor de los males. Por la brecha que se había abierto en el extraño portal comenzaron a surgir unas criaturas de pesadilla, bestias informes salidas de los lugares más oscuros de la existencia que se lanzaron contra todo aquello que permanecía con vida en el planeta. Aquellas criaturas desataron una ola de frenética destrucción armadas con ardientes espadas, garras y colmillos, y otras armas que la mente humana no puede comprender. Los eldars morían a cada instante pero aún así fueron capaces de organizar la defensa. Liderados por el enorme ser que los acompañaba no cejaron ni un segundo en su esfuerzo y consiguieron frenar la acometida inicial de aquellos seres que solo se pueden describir como demonios. Sin embargo, su resistencia parecía fútil, pues los demonios continuaban surgiendo de la brecha mientras cada vez quedaban menos defensores. Este fue el momento en que las cápsulas desembargo comenzaron a caer sobre el planeta. 

Atraída por sus astrópatas asignados, los cuales habían captado la fractura de la realidad producida al colapsarse el poder del vórtice de los eldars, la III Compañía de Batalla de los Puños Imperiales llegó la orbita del planeta para encontrarlo asediado por las fuerzas del Inmaterium. El desembarco planetario se organizó con la rapidez y eficiencia habitual en los mejores soldados del Imperio y pronto los primeros guerreros en servoarmadura pusieron el pie en la superficie de 102-6. La batalla resultante mantiene hoy día un lugar de privilegio en la memoria del capítulo, en ella, las muestras de heroísmo se sucedieron una tras otra y los marines espaciales, dirigidos por el señor de la compañía, el capitán Querón, hicieron retroceder a las criaturas de la disformidad masacrándolos a cada paso. El propio capitán, cuando se encontraba ya frente al fracturado portal, se enfrentó en combate singular con la mayor de aquellas criaturas, un ser alado, enorme como un edificio, y armado con una inmensa hacha que arremetió contra Querón dispuesto a vengar la derrota de sus huestes. El duelo duró horas y el marine espacial fue herido en innumerables ocasiones, a pesar de lo cual seguía en pie. La criatura parecía estar jugando con el, y esta arrogancia fue su perdición. En un último esfuerzo titánico el capitán se lanzo contra ella blandiendo la crepitante espada de energía símbolo de su puesto y atravesó la cabeza de su rival mientras un tajo horizontal de esta lo partía en dos marcando el final de la contienda. El sacrificio de Querón supuso la derrota definitiva de los demonios, que abandonaron la realidad dispuestos a planear su próximo ataque.

Cuando el humo del campo de batalla se dispersó solo seguían con vida menos de un centenar de eldars, los cuales pronto mostraron su enorme gratitud a los marines espaciales, pues estos les habían salvado de la aniquilación. Sin embargo, los problemas tardaron aun menos en hacerse presentes. Los Puños Imperiales iniciaron lo que creían la solución definitiva del problema: sellar definitivamente el fatídico portal. Sin embargo los psíquicos xeno, llamados Videntes por sus propios aliados, mostraron una rechazo frontal a este plan, asegurando que ellos serían capaces de repararlo manteniendo as´a raya a las criaturas del Inmaterium. El conflicto era inevitable pues los semejante posibilidad no podía ser contemplada por los Marines Espaciales.

La batalla comenzó con los contendientes enzarzados en un multitudinario combate cuerpo a cuerpo  y terminó de una forma tan brutal como en la que había empezado, con la aniquilación total de los xenos.

Insignía de la II Compañía de Batalla
Tras este nuevo enfrentamiento, el humor de los miembros de la III Compañía de los Puños Imperiales no podía ser más sombrío. pronto comprobaron que la estructura que formaba el enorme arco del portal no podía ser destruida por medios mundanos. de modo que el consejo de la compañía se reunió para buscar una solución. Finalmente, la habilidad de los tecnomarines, combinada con el poder psíquico de los bibliotecarios, creó un sistema de sellado psíquico en torno a la abertura que la dejaría inaccesible desde el exterior y no permitiría nuevos filtros de energía disforme a su través. Conscientes de la importancia que este objetivo había mostrado tener para los eldars, sabían que la estructura no estaría segura sin la adecuada guarnición, ya que la caída del planeta podría poner en grabe riesgo de incomunicación los sectores Obscurus y Solar del espacio imperial. Así nació el capítulo de los Guanteletes del Infinito.

Los pobladores locales, absortos ante el espectáculo de la máquina de guerra imperial ante sus ojos, no tardaron en identificar a sus salvadores con la mayor sus leyendas. Según los escritos que guardaban como la más sagrada de sus posesiones, llegaría el día en que su mundo se debería enfrentar a la extinción final. En ese día sólo el avatar de su dios podría salvarles, sólo él como campeón de la humanidad enfrentaría el peligro, y sólo él portaría el instrumento con que se moldea el destino. El símbolo de su poder será el Guantelete del Infinito, forjado por los poderes celestiales. Según las leyendas, este místico artefacto es el receptáculo del poder del universo. Construido en oro, porta, engarzadas en él, las cuatro joyas del destino, contenedores de la esencia de los elementos que constituyen la realidad: la vida antes del nacimiento, la realidad que vivimos, la vida tras la muerte, y el reino de los sueños. Así, el nuevo capítulo portaría el nombre de este instrumento de poder, y lo mostraría en su heráldica, como un recordatorio del compromiso adquirido.

Para rubricar su fundación con letras de oro el capítulo recibió un obsequio sin igual. Sacado de las cámaras más ocultas en el interior del Phalanx, el señor de los Puños Imperiales entregó al nuevo capítulo una de sus mayores reliquias: La Garra del Halcón. La historia de esta antiquísima reliquia estaba cargada de significado pues fue, Jaghatai Khan, Primarca de la legión de los Cicatrices Blancas el que se la entregó al mismísimo Rogal Dorn para simbolizar su amistad imperecedera tras la defensa del palacio de Terra en los últimos momentos de la herejía de Horus. Esta arma pronto se convirtió en el símbolo de todo lo que el nuevo capítulo representaba, ante ella los hermanos de batalla se sentirían restablecidos y su inquebrantable disciplina se fortalecería.

Desde su fortaleza capitular, situada en el planeta ahora llamado Queronea en honor del capitán de los Puños Imperiales que dio su vida para salvarlo, y construida en torno a la brecha cuya custodia les fue confiada para el resto de la eternidad el capítulo pronto comenzó a crecer y a marcar su presencia en la zona, contribuyendo a la estabilidad de los pasillos entre los sectores y cosechando innumerables batallas. Tantos fueron los logros y victorias que finalmente recibió el mayor honor que un capitulo sucesor de los Puños Imperiales puede soñar: La participación de su campeón en el Festín de Espadas.

Organización del Capítulo: 
- Señor del capítulo: Thanos "el titán"
- Los capitanes de las compañias de batalla forman el consejo del capítulo, conocido como La Tracia.
- Títulos honoríficos:
  • Guardián de Queronea: capitán de la primera compañía de batalla. 
  • Señor de la Fortaleza: capitán de la segunda compañía de batalla 
  • Portador del dolor: capitán de la tercera compañía de batalla.
  • Cruzado mayor: cuando el capítulo se enfrenta a un enemigo especialmente odiado, o las circunstancias dictan centrar los esfuerzos en una determinada misión, se concede este título a uno de lo miembros de la Tracia. El capitán lo portará hasta su muerte o hasta que haya cumplido la misión encomendada.
Reglas especiales:  
  • Enemigo predilecto (Eldars): los muchos siglos de luchas por el control de Queronea, cumpliendo con la cruzada por la que fueron fundados, ha grabado en el código genético de los Guanteletes del Infinito un odio hacia los eldars que les ayuda a desarrollar sus habilidfades en la lucha contra esta raza de xenos.
  • Durante los tiempos que siguieron a la era de la apostasía la desconfianza hacia la Eclesiarquía creció en el seno de los Puños Imperiales. El culto hacia el Dios Emperador comenzó a verse con suspicacia y los capellanes del capítulo hablaban de las enseñanzas del padre de la humanidad, cada vez más un hombre sin igual y con una visión que trasmitir, pero un hombre al fin y al cabo. En alguna compañías la figura del capellán  llegó a desapareciese durante algunos siglos. El capítulo de los Guanteletes del Infinito fue creado durante este periodo, y conserva la visión humana del Emperador, convirtiendo el cumplimiento de sus auténticas enseñanzas en uno de los principales pilares sobre los que descansa la denodada tenacidad que llevan grabada en su código genético. Esto hace que los ejércitos de los Guanteletes del Infinito no puedan incluir capellanes en sus listas de ejército..

2 comentarios:

Zman dijo...

Muy chulo el transfondo de tu capítulo. Los jugarás como descendientes de Puños Imperiales que són realmente?

Will dijo...

Muchas gracias!!

Si te refieres a si voy a ajugar con Lysander para tener sus ritos de batalla, no lo creo. No me va lo de utilizar personajes preprogamados, aunque también es cierto que en 40K a veces son necesarios para que el ejército tenga el carácter adecuado.

En principio lo que tengo pensado es usarlos solo con estas reglas especiales, inspiradas en el antiguo sistema de divergencias.

Pero vamos que de momento tegno más que suficiente con pintarlos...

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